30 de abril de 2011

dame calor

Y de repente, joder, de repente vuelvo a sentir frío. Como aquellas tardes que me pasaba mirando cada cinco segundos si estabas conectado. Y cada vez con mas frecuencia, cada vez mas desesperada, cada vez con mas insistencia. Cada vez mas frío. ¿Por qué? Porque te echaba de menos, necesitaba saber que por un instante yo ocupaba tu mente. Quería volver a sentir que estaba en casa, que estaba a salvo, que aunque estuvieras lejos, podía notar tus brazos alrededor de mí. Y hoy, no se si será que hace tiempo que ya no tengo esa sensación de que todo va bien, si cada vez estás mas seco conmigo, si tengo miedo de no volver a ser tan feliz, a sonreir a media luz al escuchar tu voz al otro lado del teléfono. Pero el caso es que aquí hace frío, aunque haya encendido todos los radiadores. Y no sé si influirá también el que esté escuchando nuestras canciones o el que haya vuelto a ponerme la cazadora que llevaba la ultima vez que te vi. Pero, ¿sabes? Sin tus manos en mi cintura, la cazadora no es mas que un trozo de cuero que no me da calor. Joder, ¿por qué lo estropeaste todo? ¿Por qué cuando todo va como debe ir, algo se jode? ¿Por qué no tengo el valor de ir a decirte que nunca fuiste un juego para mí, que yo realmente te quise y te quiero? ¿Por qué sigo esperandote aunque tu tengas negocios con trescientas? ¿Por qué ese lunar sigue siendo lo primero que veo al despertarme? ¿Por qué, por qué, por qué? Demasiadas preguntas para una sola certeza: todo esto está frío sin ti. Ven. Por favor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario